La cadera es muy importante en la movilidad de la persona, por lo cual padecer dolor en esta parte del cuerpo puede restringir notablemente las actividades cotidianas impactando en acciones tan simples como salir de la cama o subir una escalera. Para avanzar en un tratamiento de este tipo de dolor es importante conocer sus causas.
Causas del dolor de cadera Existen tres principales causas de dolor en la cadera:
Artritis
Necrosis (avascular isquémica) de la cabeza del fémur.
Fracturas de cuello del fémur y otras patologías de la articulación sacroilíaca que es la unión del hueso sacro con el ilion, donde puede transmitir el dolor a la región de la cadera del mismo lado. Además, la columna lumbar puede tener patologías que pueden irradiarse el dolor hacia la cadera. Estas dos últimas el origen del dolor se encuentra en la articulación sacroilíaca y la otra en la región de la columna lumbar y se irradian hacia la cadera dando un dolor similar al mencionado.
Artritis Los pacientes con artritis refieren un síntoma que es se les traba la cadera al caminar, al sentarse o al pararse, sintiendo una especie de chasquido, limitando sus movimientos. El dolor, frecuentemente es en la ingle y se va a la región lateral del glúteo. A veces viene acompañado con una inflamación en la bolsa del trocante mayor, que es una especie de bolsa que se encuentra en el fémur. Esto se denomina bursitis. Se detecta levantando el miembro inferior que le duele sin doblar la rodilla a los 30 grados si la lesión se siente en la ingle la patología suele ser de cadera, mientras que las lesiones lumbares o sacroilíacas, dicho dolor el paciente lo refiere en la espalda. Una de las limitaciones que presentan los pacientes con artritis es una disminución en la rotación de la cadera. Sobre todo en la rotación interna que resulta dolorosa. Puede ser detectado con pruebas de radiografía o resonancia magnética. El dolor de la cadera artrítica suele responder bien a la inyección de esteroides que es preferiblemente que lo realice un experto en tratamientos del dolor ya que dichas punciones deberían ser dirigidas, ya sea por fluoroscopía o por ecografía para que esteroide vaya al lugar que se encuentra afectado. Los aines son eficaces, pero no traen un alivio definitivo al dolor. Se puede pasar a otra terapia, que es con opiáceos, pero siempre es preferible evitarlos y recurrir en estos casos a un tratamiento intervencionista con radiofrecuencia o con Plasma Rico en Plaquetas como terapia regenerativa. Cuando recién fallan todas estas medidas conservadoras se puede realizar una cirugía pensando en un reemplazo de cadera, siendo esta una última medida en el tratamiento.
Necrosis (avascular isquémica) de la cabeza del fémur Es el sitio más frecuente de la necrosis de cadera, está causada por una irrigación inadecuada en la cabeza femoral. Las causas de esto incluyen una enfermedad denominada drepanocitosis, lupus, fracturas de cabeza de fémur, exposiciones a la radiación, usos prolongados de esteroides, etc. El dolor es similar al de la artrosis de cadera. En una primera etapa las radiografías son normales. Cuando la sospecha clínica es elevada conjuntamente con una ostiopenia inespecífica, se impone la resonancia magnética como prueba diagnóstica eficaz de la patología. El tratamiento, en una primera medida, si el paciente tiene sobrepeso, es la disminución del peso para disminuir la carga en la articulación. En los casos más avanzados se puede realizar como una medida paliativa, radiofrecuencia de los nervios que inervan la cadera y Plasma Rico en Plaquetas. Cuando dichas medidas son insuficientes y hay un colapso de la cabeza femoral, se impone el reemplazo de cadera.
Fracturas Debe existir una sospecha de la fractura de cadera en pacientes con dolor de cadera después de un traumatismo. Generalmente en pacientes de edad avanzada o en accidentes puede suceder este tipo de fracturas. También un factor predisponente es la osteoporosis o en mujeres jóvenes con menopausias precoces. Hay un alto predominio en el sexo femenino. Las radiografías convencionales a veces son suficientes para demostrar la fractura. Generalmente son de cuello y cabeza femoral. Las fracturas de cuello femoral y de la cabeza del fémur suelen requerir estabilización quirúrgica y en algunos casos el reemplazo de cadera. Antes de llegar a la cirugía se puede mitigar el dolor realizando el bloqueo de los nervios que inervan la articulación de la cadera realizados por fluoroscopía o por ecografía mitigando en un 90% al 100% del dolor producido por dicha fractura.
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