Destacamos el trabajo de investigación científica “Ketogenic Diets and Pain”, de Susan A. Masino y David N. Ruskin, la cual explora el impacto de una dieta cetogénica sobre el dolor térmico, la inflamación y el dolor.
Una dieta cetogénica, también conocida como dieta keto, es un plan de alimentación bajo en carbohidratos y rico en grasas que permite reducir el azúcar de la sangre y los niveles de insulina, llevando a una transición en el metabolismo del cuerpo en la que se sustituyen los carbohidratos por las grasas y las cetonas.
Las cetonas y cetoácidos son combustibles alternativos que el cuerpo fabrica en el hígado cuando hay escasez de suministro de glucosa.
Los alimentos recomendados en una dieta cetogénica son por ejemplo: carnes rojas, pescados grasos como el atún, quesos que no estén procesados, huevos, aceite de oliva, de palta o de coco, semillas y frutos secos, vegetales bajos en hidratos de carbono, palta, especias y hierbas.
El estudio científico mencionado revisa evidencia correlativa y directa de que la dieta cetogénica es una opción no farmacológica para reducir el dolor y la inflamación.
En función de la experimentación con roedores, estudiando comparativamente una dieta de control versus una dieta cetogénica, el estudio concluye que:
· Existe una relación entre el metabolismo y los efectos conductuales de la dieta cetogénica, que producen cambios característicos reconocidos desde hace mucho tiempo en la química sanguínea, como cetonas elevadas y glucosa reducida.
· La hipoalgesia o disminución de la sensibilidad del dolor se mantiene después de una alimentación con dieta cetogénica.
La dieta cetogénica y la inflamación
Muchos tipos de dolor y condiciones dolorosas o progresivas implican inflamación crónica. En comparación con el metabolismo de la glucosa, el metabolismo de las cetonas produce menos especies reactivas de oxígeno, lo cual se sabe que contribuye a la inflamación.
Cuando las reservas de glucógeno se agotan, y no hay glucosa disponible, el organismo necesita aumentar el metabolismo de las grasas para obtener energía. Este metabolismo cetolítico eleva los niveles adenosina, que es un neuromodulador antiinflamatorio que actúa a través de receptores en múltiples sitios, incluyendo leucocitos, endotelios y neuronas. Por lo tanto, se deduce que una dieta cetogénica podría tener efectos antiinflamatorios a través de aumento de la producción de adenosina.
El trabajo de investigación completo puede verse en inglés en el siguiente documento:
Fuente: Ketogenic Diets and Pain. Susan A. Masino and David N. Ruskin. Journal of Child Neurology. 28(8) 993-1001. ª The Author(s) 2013. sagepub.com/journalsPermissions.nav. DOI: 10.1177/0883073813487595. jcn.sagepub.com
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