Actualmente sabemos que el dolor se produce 100% en el cerebro, incluyendo todo tipo de dolor, sin importar cómo se sienta (punzante, sordo, fuerte o suave) y sin importar la duración.
Dolor que persiste durante semanas o hasta tres meses
Es el dolor agudo, común en lesiones tisulares como en problemas de espalda o esguinces de tobillo. Este tipo de dolor generalmente nos animará a permanecer activos y a volver gradualmente a las actividades cotidianas.
Dolor que persiste durante tres meses o más
Es el dolor crónico, que afecta al 20% de la población mundial. Tener un cerebro que produce dolor continuamente, incluso cuando los tejidos están curados y fuera de peligro, no es divertido. Algunas personas que dicen que sienten que “debe haber algo mal”. Pero cuando se descarta la existencia de algo peligroso, los profesionales de la salud explican que la mayoría de los tejidos pueden estar curados en un período de tres a seis meses. Así que el dolor crónico que persiste no tiene que ver tanto con cambios estructurales en el cuerpo sino con la sensibilidad del sistema nervioso. Es algo mucho más complejo.
Para intentar entender qué es lo que pasa, hay que reentrenar al cerebro y al sistema nervioso.
Para ello es útil observar todo aquello que afecta al sistema nervioso y que quizá contribuye a la experiencia individual del dolor.
Lo que puede ayudar es mirar al dolor persistente desde una perspectiva más amplia, y usar un plan estructurado hará que no se olvide nada importante.
MEDICAMENTOS
Comenzando con la parte médica, en primer lugar, la medicación puede ayudar, pero sólo por un tiempo limitado. Se necesitan enfoques más activos para reentrenar el cerebro. Por lo que usar medicación para ponerse en marcha está bien, y luego la mayoría de medicamentos puede reducirse o interrumpirse.
La mayoría piensa que la cirugía podría ser la respuesta, pero cuando se trata de un problema complejo como lo es el dolor crónico, la cirugía puede no ser de gran ayuda. Es aconsejable pedir una segunda opinión y considerar todas las opciones.
PENSAMIENTOS Y EMOCIONES
Es de gran importancia considerar cómo los pensamientos y emociones afectan el sistema nervioso. El dolor impacta verdaderamente en la vida de las personas, incidiendo en su estado de ánimo y nivel de estrés.
Como todos estos pensamientos y creencias, que son impulsos cerebrales, podemos aprender formas de relajar el estrés y relajar el sistema nervioso. Esto ayudará al bienestar emocional. Así como a reducir el dolor.
DIETA Y ESTILO DE VIDA
La tercera área a tener en cuenta es el papel de la dieta y el estilo de vida. Lo que comemos y cómo vivimos puede realmente estar contribuyendo a sensibilizar el sistema nervioso. Será un buen comienzo poner en revisión hábitos como el fumar, la nutrición, el consumo de alcohol y los niveles de actividad física.
HISTORIA PERSONAL
A menudo será importante explorar un significado más profundo del dolor y la historia personal que lo rodera, mirando ha
cia atrás y observando todo lo que ocurría cuando comenzó el dolor.
Muchas personas con dolor pueden descubrir enlaces útiles entre un período de preocupación y una imagen de agravamiento del dolor.
Para muchos, reconocer emociones profundas puede ser parte del proceso de curación.
ACTIVIDAD FÍSICA
Desde una perspectiva cerebral, lo mejor es moverse en lugares cómodos y sin miedo, en los que el cerebro no se protege con dolor, y así recuperar gradualmente los tejidos corporales.
En conclusión, el dolor viene del cerebro y puede ser reentrenado, mirándolo desde una perspectiva más amplia y global de la persona, lo que proporciona muchas oportunidades para empezar.
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Fuente: video “Explicando el dolor en menos de 5 minutos”, Canal de Youtube: Activapro
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